viernes, 14 de septiembre de 2012

Jardín Japones

Japón, un país lleno de misticismo y una gran cultura, la cultura japonesa está rodeada de festivales y creencias llenas de magia que nos llevan a creer que aquellas ideas orientales son un pedestal para llegar a la armonía interna, desde adornos rojos, con el fin de llevar la buena suerte, hasta paisajes donde cada uno de sus adornos nos llevan a un viaje interno lleno de paz y hasta sabiduría e inspiración.

En esta ocasión hablaremos sobre una costumbre japonesa que, a mi punto de vista, es un hermoso arte que hacen tener en las películas escenografías de ensueño: Los jardínes japonenes.

Contemplar un jardín japonés es como sumergirse en un sueño en el que las rocas son montañas, donde la grava se modula en forma de ondas provocadas por la caída de una gota imaginaria en un estanque, y donde las cañas de bambú, al moverse, dejan oír la música de sus emociones. "El shintoismo, el confucionismo y el zen nos enseñan que el hombre no estaría completo sin la naturaleza. Sería como un huérfano si no se sintiera hermano del agua, las plantas o las rocas," asegura Chisao Shigemori, el último miembro de una antigua familia japonesa que ha diseñado y renovado más de 500 jardines, entre ellos el London Kyoto Garden, construido en 1991.

Jardines verdes, de té o de piedra.

Hay muchos tipos de jardines en Japón que podrían resumirse en tres grandes grupos: el de la casa de té, al que se accede por un camino de piedras rodeado de plantas, árboles y agua; los jardines verdes que pueden ser grandes como bosques y suelen rodear grandes mansiones, como el Palacio Imperial de Tokio; y los jardines secos (kare sansui), también llamados de piedra (sekei tei), que en tan sólo unos metros cuadrados, a base de grava y rocas diseminadas, engloban los principios fundamentales del arte y la filosofía japonesas.




Los jardines secos de Kyoto.

Aunque en apariencia sencillos, los jardines más difíciles de diseñar son los de piedra. Los más bellos se pueden visitar en los templos de Kyoto , donde fueron concebidos como instrumento de meditación para los monjes zen. "Estos recintos están despojados de toda suntuosidad; la grandeza reside en las cosas simples," afirma Shigemori. El más conocido de los kare sansui es el jardín seco del templo Ryoan-ji, creado en 1473. En unos pocos metros cuadrados están dispuestas quince rocas en tres grupos de siete, cinco y tres, colocadas sobre un mar de grava rastrilleada.



Ahora sabemos que este bello arte de los jardínes japoneses son una herramienta que nos puede ayudar a lograr un viaje interior para poder encontrar nuestra paz, nuestra felicidad y tranquilidad.

Fuente: http://www.grancanariaweb.com/edgar/japon/zen.htm

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